No podía conformarme con una sola vida… así que decidí vivir muchas

Estaba pensando hoy:

Realmente, ¿cuándo empezó esta locura de querer conocer el mundo?

¿Nació el día en que comenzó mi obsesión por pisar Italia? Tenía 13
años entonces. (Esa historia la contaré más adelante).
¿O surgió como una forma de sanar a la niña que fui, la que no podía
viajar de vacaciones porque la economía familiar no lo permitía?
¿Será que empezó por mi búsqueda de una libertad ilimitada? ¿O tal
vez, por la necesidad de conocer otros paradigmas que encajaran mejor con el mío?

Nunca pude seguirle el ritmo a "la mayoría". Muchas veces, eso me frustró.

A los 5, quería ser veterinaria.
A los 9, bailarina o actriz.
A los 14, trabajadora social.

Nunca tuve (ni tengo) la paciencia suficiente para aprender un instrumento, un idioma o desarrollar un solo talento. Mi mente no se quedaba quieta, no se conformaba con elegir una sola cosa a la cual dedicarme de lleno.

Trabajaba, estudiaba, emprendía, todo al mismo tiempo.
Dormía cuatro horas por día con tal de no perderme mi vida social mientras iniciaba proyectos nuevos.
Hacía cursos: de mecánica de motos, inversiones, italiano, primeros auxilios, psicología en emergencias, marketing digital... y otros tantos que ya ni recuerdo.

Escribía reseñas de libros de fantasía, novelas distópicas, thrillers psicológicos, romances juveniles, cuentos y relatos.
Me compré una moto, mientras hacía "changas" ofreciendo service básico.
Leía sin parar, mientras hacía de lectora beta o escribía prólogos.
Viajaba con poco presupuesto, mientras hacía voluntariados y aprendía a trabajar como camarera de pisos o ayudante de cocina.

Entonces, ¿cuándo empezó realmente esta locura?
¿Cuándo nació ese impulso de recorrer el mundo, de inundarme de otras culturas, de absorber formas de pensar y sentir?

Tal vez no haya un solo origen. Tal vez, simplemente, siempre estuvo en mí.

Altas Cumbres - Córdoba, Argentina (2021)

Viaje de 2500km en total.
Punto de inicio: Bahía Blanca, Buenos Aires
Fecha: Mayo de 2021
Vehículo: Perla (Zanella RX1 150cc)
Algo que aprendí este viaje: Viajar en moto sola valía la pena, y la realidad es mil veces mejor que el sueño.